En pos de un sueño. Venezolanos en CABA: ¿cumplen sus expectativas de vida y profesionales?

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A principios de 2019, pidiendo un café en el barrio de Palermo, conocí a Carlos, un muchacho que había abandonado su Venezuela natal hacía poco más de un año y, como muchos otros, había decidido venir a Buenos Aires en pos de un sueño.

En la actualidad, más de 3 millones de venezolanos se encuentran viviendo fuera de su país y aproximadamente el 75 % está distribuido entre países de la región latinoamericana.

Las razones del exilio no son una novedad: la crisis económica, los sueldos muy bajos, la falta de insumos básicos, la inseguridad y la pérdida de calidad democrática e institucional son algunas de las cuestiones que ponderan los ciudadanos al abandonar el país caribeño.

Argentina, desde sus orígenes un país de inmigrantes, se convirtió en un destino muy popular para los inmigrantes venezolanos, entre otros extranjeros de la región. Entre los factores de atracción se encuentran las condiciones favorables en posibilidades de crecimiento personal, amplia oferta de servicios sociales y mercados de trabajo amigables. Además, en el caso de los estados que conforman el MERCOSUR, Argentina brinda condiciones legales muy positivas en cuanto a la obtención de permisos legales de residencia. Como parte del proceso de integración regional, se permite a los ciudadanos de estos países residir en territorio argentino de manera legal, ya sea de forma temporal o mediante una solicitud obtener una residencia permanente. No debe dejarse de lado la importancia de la cercanía cultural, el idioma común, el acceso a la educación y a la salud pública que resultan motivaciones importantes para los hermanos latinoamericanos.

Hoy en día, la principal corriente migratoria proviene de América del Sur, principalmente de países limítrofes, Perú y, más recientemente, de Venezuela y Colombia. Según los datos del último Censo Nacional (2010) el 4,5% de la población total de nuestro país corresponde a inmigrantes, tratándose en general de personas en edad activa de trabajo que buscan encontrar mejores salarios y oportunidades de ascenso social.

En general, los inmigrantes consiguen empleo relativamente rápido, aunque en muchas ocasiones con carácter informal o bajos salarios. De acuerdo con datos provistos por la Dirección General de Estudios Macroeconómicos y Estadísticas Laborales (2018) alrededor del 7,7 % de las personas ocupadas en las zonas urbanas del país son inmigrantes sudamericanos. A pesar de que presentan bajas tasas de desocupación, las tasas de subocupación son mayores que en el caso de los argentinos nativos. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) es el aglomerado en que se registra mayor inmigración reciente. Por este motivo, probablemente se observa una mayor tasa de desempleo de los inmigrantes que en el resto del país.

El colapso político, social y económico de Venezuela, entre 2017 y 2018, hizo que la migración venezolana creciera de manera exponencial. Tanto es así que los venezolanos lograron un primer puesto histórico en el ranking migratorio, dejando de lado a Paraguay y Bolivia que tradicionalmente registraban la mayor cantidad de radicaciones por año.

Gráfico 1. Radicaciones resueltas en 2018 por nacionalidad y categoría

Fuente: Dirección Nacional de Migraciones (2018) . Recuperado de: http://abrohilo.org/wp-content/uploads/attachments/radicaciones_resueltas_2018.pdf

El peso relativo de la inmigración venezolana a la Argentina es tan importante que, según la Dirección Nacional de Migraciones (DNM), en los últimos dos años se han convertido en el mayor grupo de solicitantes de residencias temporales y permanentes.

En cuanto al perfil de los migrantes venezolanos, en general son personas jóvenes, instruidas y que, en su mayoría, tienen estudios universitarios o terciarios completos. Si bien no existen muchos estudios de fondo de las características de esta población, las encuestas de Roberto Aruj (2018) y Schwartz (2019) revelan que el 67 % de los encuestados son profesionales y que una alta proporción tiene estudios universitarios o de posgrado. Por lo tanto, permite afirmar que el colectivo venezolano está constituido por una población altamente educada, que en general tiene entre 25 y 44 años. Entre los profesionales, las especializaciones más representadas son los ingenieros industriales o petroleros y los médicos y profesionales de la salud en general.

Tabla 1. Radicaciones de venezolanos por profesión entre 2015 a 2018

Fuente: Schwartz (2019). Recuperado de: https://academiccommons.columbia.edu/doi/10.7916/d8-nf2c-8c30

A pesar de que en su mayoría los venezolanos son profesionales, es habitual que no consigan empleos de su ámbito profesional y deban dedicarse a otras ocupaciones. Este es el caso de Carlos, que trabaja como cajero en un café en Palermo a pesar de ser licenciado en Marketing. Continúa en la búsqueda de un empleo relacionado con su profesión, pero considera que la experiencia que ha adquirido en el café de Palermo le ha permitido conocer más íntimamente a los porteños.

Es preciso recordar que el contexto económico argentino en la actualidad resulta difícil para aquellos que carecen de ahorros. Además, la recesión económica, agravada actualmente por la pandemia, dificulta la satisfacción de los deseos profesionales de todos los habitantes, especialmente de los inmigrantes.

Para recabar datos sobre la inmigración venezolana en CABA, a los fines de incorporarlo a mi tesis de grado, llevé a cabo una encuesta. Entre otros factores, tuve como objetivo descubrir la valoración de los argentinos sobre el desempeño laboral de los inmigrantes venezolanos. Y me concentré en averiguar si las opiniones de los ciudadanos de CABA estaban marcadas por una sensación de competencia laboral con los inmigrantes que podría generar prejuicios frente a este grupo. Además, indagué sobre el efecto del uso de los bienes públicos por parte de los inmigrantes y el nivel de aceptación o enojo que genera eso en los argentinos.

En general, los resultados de la encuesta demostraron que aquellos que tienen posturas más favorables frente a la reciente inmigración son los más jóvenes y de nivel socioeconómico medio-alto. De modo contrario, los ciudadanos que perciben a los inmigrantes como una amenaza en el ámbito laboral o como una competencia frente a los recursos estatales tendieron a mostrar prejuicios y sentimientos negativos. Es decir, a menor nivel socioeconómico, mayor sensación de competencia con los inmigrantes y por ende se observan posiciones menos favorables.

Sin embargo, las opiniones de los ciudadanos argentinos evidencian una valoración positiva del desempeño laboral de los inmigrantes venezolanos y altos niveles de aceptación. Se destaca también la empatía de la población argentina frente a la emergencia política, económica y social que atraviesa Venezuela. Por otra parte, la población venezolana ha logrado integrarse a las tradiciones de Argentina, que siempre se ha comportado como crisol de culturas.


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Sol Beresten

Sol es licenciada en Relaciones Internacionales en la Universidad de San Andrés

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