Finanzas climáticas y sostenibles: 3 claves cívicas para la transformación de la economía argentina

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En un país acostumbrado al corto plazo, la urgencia y el alcance de la crisis climática global invita a pensar coordinadamente en una estrategia de futuro. Este es el llamado del último informe de las bases físicas del cambio climático del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Para alcanzar una recuperación económica duradera y cumplir los compromisos del Acuerdo de París, los actores globales necesitan desarrollar acciones específicas y consensuadas en mitigación, adaptación y reducción de riesgos respecto al cambio climático. Como se evidencia en el impacto de las conferencias de jóvenes mundiales, latinoamericanas y locales en la materia, la sociedad civil tiene la capacidad para catalizar la acción climática. En Argentina, existen tres factores que la posicionan como líder de las negociaciones público-privadas en uno de los ejes claves de la transformación: alinear las finanzas con la resiliencia ambiental, es decir, alcanzar finanzas climáticas y sostenibles

La descarbonización de las finanzas constituye un desafío mayúsculo para Latinoamérica y el Caribe, en general, y para Argentina en particular. De acuerdo con las Naciones Unidas, ello implica que las inversiones tengan por objetivo reducir las emisiones y mejorar los sumideros de gases de efecto invernadero (GEI) y la vulnerabilidad de los ecosistemas, así como también aumentar su resiliencia a los impactos negativos del cambio climático. En este sentido, según el Panorama de las Finanzas Climáticas 2021, solo el 5.54% de todo el financiamiento mundial para cambio climático en los últimos dos años (70 mil millones de USD) se ha direccionado a esta región. Ello se ve complementado con una baja ambición climática manifestada por parte del gobierno argentino, teniendo en cuenta que según Transparencia Climática, las políticas locales no son eficaces a la hora de mantener el aumento del nivel de temperatura en 1.5°C a 2050. Desde una perspectiva financiera, dos de los factores que explican esta situación son la priorización de las inversiones en combustibles fósiles (1% del presupuesto nacional) por sobre las inversiones “verdes” (0.08% del presupuesto nacional), y la implementación de un impuesto al carbono que alcanza solamente al 20% de las emisiones del país. No obstante, cabe mencionar que a nivel federal y local se han activado medidas para quebrar esta tendencia, destacándose la Hoja de Ruta para el Desarrollo de las Finanzas Sostenibles y el fideicomiso de la Red Argentina de Municipios Frente al Cambio Climático (RAMCC). Todo ello se sintetiza en el desempeño moderado que obtuvo  el país en el Índice de Finanzas Sostenibles de GFLAC con relación a sus pares regionales y contribuye a incentivar un cambio de gestión de las inversiones públicas y privadas. 

Como parte del debate para construir una estructura financiera sostenible, la sociedad civil local puede aportar tres elementos que hacen a su capital organizacional. Un primer elemento corresponde a su capacidad político-técnica en fortalecimiento de capacidades, incidencia e investigación de políticas públicas. A este respecto, el Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe (GFLAC) ha demostrado su competencia para fortalecer las capacidades de jóvenes y tomadores de decisiones con su Programa de Juventudes y a través de los Diálogos de Financiamiento Climático. Por su parte, Fridays for Future Argentina y Sustentabilidad Sin Fronteras han exhibido su capacidad para incidir en la agenda nacional y latinoamericana sobre cambio climático al organizar las conferencias locales (LCOY) y regional (RCOY) de juventudes durante 2021. Finalmente, la investigación sobre cambio climático a nivel nacional ha sido uno de los pilares de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), entidad que reunió este año a referentes internacionales para debatir el papel de la sociedad civil en el trabajo de los bancos centrales.  

Un segundo componente que posiciona a la sociedad civil para apoyar un reverdecimiento de la economía argentina es su afianzamiento local. A través de redes interinstitucionales en el espacio físico y digital, las organizaciones argentinas han construido un tejido de recursos a lo largo del país que las convierten en socias con conocimiento directo del terreno en el cual se invertirán sabiamente los ahorros para un futuro resiliente. Como ilustración de esta capilaridad, la Red Argentina para la Cooperación Internacional (RACI) agrupa a más de 170 entidades de diversas regiones que acceden continuamente a oportunidades de conocimiento, articulación e incidencia en sostenibilidad, como puede observarse en su Plataforma ODS. Otro caso destacado de accionar civil en red lo constituye la RAMCC, dentro de la cual convergen más de 248 municipios para colaborar en mitigación y adaptación al cambio climático, así como también en el acceso universal a la energía. Su alcance se ve complementado con la experiencia financiera de su fideicomiso de triple impacto (social, económico y ambiental), que reúne a 24 municipios y que ya ha movilizado USD 639.667 para adquirir tecnología mediante 7 licitaciones. Por su parte, el ejemplo más reciente de colaboración local está marcado por el  convenio entre el Centro GEO de la Universidad de Buenos Aires y la Asociación Civil Sumatoria para investigar, divulgar y desarrollar herramientas financieras sostenibles. Todos los casos muestran cómo la incidencia de las organizaciones se incrementa con una mayor escala para sus programas. 

Como tercera herramienta, la sociedad civil argentina cuenta con una serie de conexiones regionales y globales que permiten trascender la esfera nacional al momento de investigar los flujos de financiamiento climático, negociar una arquitectura institucional y gestionar proyectos viables. A nivel mediático, esta cualidad fue evidenciada en la organización de la reciente Semana del Financiamiento Climático y Sostenible, que fue capaz de interconectar las campañas internacionales Finanzas Sostenibles para el Futuro y Reactivación Transformadora. A nivel técnico, las conexiones transnacionales se expresan en las alianzas entre el GFLAC, que cuenta con un Hub Argentina, y las plataformas ActionLAC, Climate Finance Advisory Service (CFAS), Adaptation Watch y Connect4Climate. A nivel político, el pulso civil se observará de forma global mediante una declaración del sur global sobre financiamiento climático a los negociadores de la 26ª Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP 26).  

La agenda nacional de políticas públicas se ve atravesada actualmente por dos pulsiones: por un lado, una mirada instantánea representada por las discusiones en torno a las elecciones legislativas; por otro lado, una mirada estratégica que tiene como eje las demandas y propuestas para acelerar la acción climática hacia 2030. El debate sobre el financiamiento sostenible trasciende ambas miradas bajo una pregunta: ¿cómo podemos garantizar que los recursos actuales se canalicen hacia proyectos económicamente rentables, socialmente equitativos y ambientalmente sostenibles en el largo plazo? Para responderla, la sociedad civil tiene la capacidad y las conexiones necesarias para formar parte activamente de las decisiones municipales junto a la RAMCC, de las nacionales junto al Gabinete Nacional de Cambio Climático y de las globales en la COP 26. De esta forma, podrá impulsarse con mayor velocidad y consenso una Estrategia Federal de Finanzas Sostenibles.


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Gabriel Alejandro Orozco

Alejandro es un analista político e internacional enfocado en explorar las dinámicas de la innovación, la sustentabilidad y la cultura en diferentes niveles. Cuenta con una Licenciatura en Ciencia Política y de Gobierno (UCES) y una Maestría en Política y Economía Internacionales (Universidad de San Andrés). A partir de su formación, su pasión por resolver problemas complejos lo llevó a sumergirse en el mundo de los datos y la gestión de proyectos, así como también a colaborar en el Área Institucional de la Red Argentina para la Cooperación Internacional (RACI). Actualmente, es Coordinador del Hub Argentina de Finanzas Sostenibles e Investigador en el Observatorio de Innovación de la Fundación Politeia.

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