Nuevos ¿y efectivos? canales de participación ciudadana: el caso de “BA Elige”

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Comúnmente se sostiene que el uso exponencial de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) al servicio de la gestión pública permite mejorar procesos institucionales, facilitando la creación de nuevos canales de interacción entre la ciudadanía y las autoridades gubernamentales. Los presupuestos participativos son un ejemplo de ello.

Así, en el marco de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ONU), se promueven iniciativas de transparencia, participación, innovación y rendición de cuentas en pos de lograr un desarrollo más próspero y sostenible. La relevancia de la participación ciudadana, facilitada mediante las TIC, es que permite mejorar la gestión pública a través del rediseño permanente de las instituciones, posibilitando que la comunidad forme parte del proceso de diseño, implementación y evaluación de las políticas públicas. Vinculado con el Objetivo 16 “Paz, Justicia e Instituciones Sólidas” de la ONU, los presupuestos participativos se destacan por permitir que los distintos grupos sociales se involucren en la decisión de la asignación de recursos. 

Sin embargo, la incorporación de las TIC no implica necesariamente que se produzcan verdaderas transformaciones. En este sentido, resulta válido preguntarse si éstas se constituyen como instrumentos que favorecen la participación ciudadana, tomando como caso de estudio el programa BA Elige impulsado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA), momentáneamente suspendido por la Emergencia Sanitaria. La respuesta es clara: potencialmente facilitan procesos participativos pero su uso no resulta por sí mismo suficiente. 

BA Elige pretende crear un espacio accesible en el que vecinos y vecinas puedan proponer sus proyectos en las Comunas a través de la página web. Aquellos que resulten ganadores, son incluidos en el presupuesto del Ejercicio siguiente. Otros municipios de la Provincia de Buenos Aires, como Vicente López, Morón y Lanús, desarrollaron iniciativas similares. Sin embargo, el GCBA se destaca por ser uno de los pioneros por la gestión 100% online, además de lograr una mayor convocatoria por su nivel de difusión.

Aun así, el diseño de los presupuestos participativos no debe replicar modelos existentes sino responder a la actual coyuntura política, económica y socio-cultural, además de ser especialmente representativos. Lo que preocupa de BA Elige es la escasa articulación con las Juntas Comunales y/o Consejos Consultivos. Además, hay segmentos de la sociedad que quedan excluidos, como aquellos que no tienen acceso a Internet. Una buena alternativa sería tomar el ejemplo del municipio de Bahía Blanca, que fomenta la votación de proyectos previamente consensuados a través del nexo con las Asambleas Barriales. 

Entonces, ¿hay que desestimar el programa? ¡Claro que no! Considero que hay que mejorar su diseño e impulsar mecanismos de control más efectivos. Y aún con todos los desafíos que se pueden detectar, es una propuesta que incentiva la participación ciudadana mediante la aplicación de nuevas tecnologías. Para ello, resulta necesario incluir a los organismos descentralizados regulados mediante la Ley Nº 1777, para evitar interferir en las competencias exclusivas de las Comunas. 

En definitiva, este espacio requiere una sólida transformación de la cultura institucional que sea permeable a la participación comunitaria en la gestión local. Asimismo, a pesar de que se reconoce a Internet como el medio más poderoso, éste no es el único y no siempre el más adecuado, por lo que se debería asegurar el acceso y aprendizaje de todas las herramientas informáticas. Otra alternativa sería plantear un régimen mixto de presencialidad y virtualidad a la hora de participar, a fin de que ningún segmento social quede excluido, en acuerdo con las distintas delegaciones comunales o municipales. También, recuperar como modelo la experiencia de Bahía Blanca de permitir que aquellas sugerencias que resulten ser superadoras de la propuesta inicial se incorporaren al proyecto final.

Por todo lo expuesto, BA Elige debe ser entendido como un canal complementario y no sustitutivo de participación. Debe ser el punto de partida de muchas otras propuestas que posicionen en un primer plano a todas las voces mediante la aplicación de las TIC. Para ello, se debe consolidar el potencial real de estas herramientas para lograr que no sean únicamente un instrumento informativo, sino que presenten la oportunidad a todos los ciudadanos de debatir en profundidad sobre temas de interés público.


Este artículo se escribió en el marco de la materia “Diseño e Implementación de Políticas Públicas en Argentina” de la Maestría en Políticas Públicas de la Universidad Torcuato Di Tella.


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Daniela Varela

Licenciada en Política y Administración Pública, y Licenciada en Gobierno y Relaciones Internacionales por la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), con Diploma Superior en Gestión y Control de Políticas Públicas por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Actualmente Maestrando en Políticas Públicas en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).

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