Agua y saneamiento en la Argentina: ¿Universal y sostenible para el 2030?

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Si bien la Argentina presenta un mejor panorama respecto al acceso seguro al agua potable y al saneamiento que otros países de la región, el acceso al saneamiento continúa siendo un problema en zonas vulnerables. Este artículo presenta el caso del agua y el saneamiento en áreas urbanas de la Argentina, junto con algunas observaciones para continuar con la discusión sobre el acceso universal y sostenible al agua y al saneamiento en el país.

El acceso seguro, equitativo y sostenible al agua potable y al saneamiento (acceso a un baño digno (seguro y limpio) con conexión a la red de desagüe o a una cámara séptica) es fundamental para que una sociedad pueda desarrollarse plenamente. Desde el 2015 éste se ha convertido en el sexto de los diecisiete Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. El ODS 6 busca garantizar para el año 2030 el acceso universal y la gestión sostenible del agua, del saneamiento y la higiene, haciendo especial hincapié en responder a las necesidades de mujeres y niñas, y de personas y comunidades en situación de vulnerabilidad. Argentina y la mayoría de los países de la región han aceptado trabajar para alcanzar este objetivo.

Según la última Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, en el segundo semestre del 2019, el 89,7% de los hogares encuestados en 31 aglomerados urbanos de Argentina contaba con acceso a la red de agua corriente y el 70,9% a la red de cloacas. Es decir, el 10,3% de los hogares en aglomerados urbanos no tenía acceso a la red pública de agua corriente, y el 29,1% carecía de conexión a las redes cloacales.

De esta manera, el saneamiento en áreas urbanas del país se encuentra en desventaja en comparación con el acceso al agua potable. Esto también ocurre en las áreas urbanas de la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, en donde los niveles de servicios básicos y seguros de agua son considerablemente más altos que los servicios básicos y seguros de saneamiento. La prioridad de los gobiernos latinoamericanos se ha centrado en el acceso al agua por sobre el acceso al saneamiento; esto se debe, en parte, a que la gestión de los servicios de agua suele ser económica y técnicamente más viable (y su falta más visible) que la del saneamiento.

Respecto al tipo de saneamiento en áreas urbanas de la Argentina, al momento de la EPH el 86,2% de los hogares tenía acceso a condiciones adecuadas de saneamiento, mientras que el 13,8% presentaba condiciones inadecuadas. Las condiciones inadecuadas de saneamiento están relacionadas con hogares que reúnen al menos una de las siguientes características: a) no poseen un baño, b) poseen un baño fuera del terreno, c) comparten su baño con otros hogares, d) el desagüe de sus baños no está conectado a la red pública (cloaca) ni tampoco a una cámara séptica, y/o e) sus baños no tienen descarga de agua (INDEC, 2020).

Los datos del INDEC permiten entrever que los hogares que presentan tipos inadecuados de saneamiento muestran condiciones más altas de hacinamiento, las cuales suelen estar asociadas con áreas de mayor vulnerabilidad social y económica. Los barrios populares en áreas urbanas son y han sido los más marginados debido al alto costo que implica la conexión a las redes, y la invisibilidad de sus realidades.

El Plan Nacional de Agua Potable y Saneamiento (PNAPyS) se propuso inicialmente alcanzar para en 2019 niveles de cobertura del 100% en agua potable y del 75% en cloaca en las áreas urbanas de la Argentina. Si bien estas metas no han sido aún alcanzadas, los últimos datos del INDEC muestran que el margen es cada vez más pequeño. Sin embargo, alcanzar la ‘última milla’ suele ser lo más difícil.

Para alcanzar la última milla es principalmente importante conocer y generar suficiente diálogo con las poblaciones que aún se encuentran sin servicios o con servicios interrumpidos. En áreas urbanas, entender los contextos y las necesidades de los barrios populares sigue siendo prioritario para diseñar e implementar en conjunto sistemas y tecnologías que puedan asegurar no sólo el acceso sino la operación y el mantenimiento sostenible (funcionalmente accesible, económicamente asequible y continuo) de la red de servicios.

Asimismo, es hora de priorizar el acceso al saneamiento por sobre el acceso al agua en áreas urbanas para alcanzar – y sostener – el cumplimiento del ODS 6 durante la próxima década. La falta de saneamiento impacta negativamente no sólo en la salud de las poblaciones sino también en el medio ambiente, y las fuentes de agua no dejan de verse amenazadas. Sin saneamiento digno, tampoco hay acceso seguro al agua.


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Florencia Rieiro

Florencia Rieiro es una consultora independiente en temas de agua, saneamiento e higiene. Provee apoyo técnico relacionado al monitoreo, evaluación y aprendizaje, y al desarrollo de capacidades en el sector. Posee una Maestría en Estudios del Desarrollo del Institute of Development Studies de la Universidad de Sussex.

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