La política pública más linda del mundo

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El camino de muchos funcionarios públicos de todos los gobiernos está lleno de buenas intenciones. Lo difícil es lograr llevar adelante las políticas públicas que uno se propone. Por la restricción presupuestaria permanente de la Argentina, por la limitada capacidad estatal para implementar políticas complejas, por la falta de alineación con el liderazgo interno del gobierno, por las crisis, por la inmensidad de prioridades, porque los sistemas del Estado viven en el siglo XVI.

Exporta Simple fue un oasis en ese universo y por eso creo que su historia merece ser contada. Porque para mí fue la política pública más linda de la que participé. Y porque demuestra algo fundamental: los argentinos estamos para mucho más.

Primero lo primero: Argentina necesita exportar

Argentina necesita exportar. Eso es algo que dicen todos los dirigentes de todos los partidos políticos. Lo dicen los periodistas. Se escucha en los seminarios empresariales. Para exportar más necesitamos algunas cosas básicas: tener un solo tipo de cambio competitivo, tener una aduana sin corrupción y considerablemente más ágil (una VUCE o Ventanilla Única de Comercio Exterior), tener acuerdos comerciales con los principales bloques del mundo (como la Unión Europea), mejorar la infraestructura portuaria,trenes y rutas que conecten a los puertos, aranceles más bajos para los insumos intermedios ,eliminar los principales impuestos a la exportación ,algunos reintegros a la exportación en mercados estratégicos ,instrumentos financieros específicos para empresas exportadoras (forfaiting, financiación de certificaciones, seguros de riesgo). De todo eso ya se habla un poco, aunque no tanto como se debería.

Pero lo que también necesitamos es empresas que se animen a exportar. Y en un país con una inestabilidad macroeconómica que en cada crisis rompe el tejido social y empresarial un poco más, de esas hay cada vez menos. Según el Ministerio de Producción en 2019. nuestro país llegó a tener en el 2011 15.000 empresas exportadoras. Después de las políticas anti-exportación del segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner ese número bajó a menos de 10.000 empresas y todavía no se recupera.

Sin entrar en detalles, lo que mueve las exportaciones en Argentina son las oleaginosas, los cereales, la carne, algunas economías regionales (limón, arándanos), la exportación de camionetas (Hilux y Amarok), el acero, el aluminio, los nichos industriales competitivos, la energía y el petróleo (cuando reconocemos que hay que pagar el costo de las tarifas y se incentiva la inversión en el sector), el turismo y los servicios basados en conocimiento. Ese es el volumen, lo que cambia la foto de corto y mediano plazo. Exporta Simple estaba para la película de largo plazo: lograr que miles de PyMes se animen a exportar por primera vez.

¿En qué consiste Exporta Simple?

Exporta Simple es una política pública que, con diferentes niveles de éxito, han implementado muchos países del mundo. La idea es muy sencilla: armar un fast track para pequeños exportadores, para evitarles el proceso burocrático en las aduanas y las Afips. En la mayoría de los países se hace a través de los correos nacionales. En el caso de Argentina se pactó una alianza con los couriers que exportan “por cuenta y orden…” de la PyME y hacen toda la documentación por ellas. Un puerta a puerta, pero de empresas argentinas hacia el exterior y sin Amazon como intermediario.

Las empresas podían exportar hasta 15.000 dólares por envío y hasta 600.000 dólares anuales. Tenían que darse de alta en el sistema, conseguir un cliente en el exterior, cargar “el bulto” en la plataforma, decidir qué cotización de entre los couriers (DHL, Fedex, TNT y Raico) les parecía mejor y esperar a que pasen a buscar la caja por su casa. Así de fácil era exportar.

El sistema de Exporta Simple comenzó a operar por primera vez en diciembre de 2017. La primera exportación fue de zapatos de cuero a Europa. Ese primer mes se realizaron 129 operaciones. A partir de ahí, la plataforma empezó a crecer sin parar.

Para octubre de 2019 Exporta Simple ya contaba con 700 operaciones, 2 millones de dólares de exportación por mes y 1.568 usuarios que habían hecho exportaciones, de los cuales 756 eran nuevos exportadores. Se trata de un incremento de casi el 10% en las empresas exportadoras de Argentina. Se incorporaron empresas de 21 de las 24 provincias. Se exportaron más de 1.400 productos distintos a 107 países en todos los continentes (excepto la Antártida). Cada mes, a través de Exporta Simple, se exportaban más cosas, a más lugares y por una mayor cantidad de dólares.

A modo de ejemplo, Tucumán exportó bicicletas especiales para rehabilitación, Mar del Plata exportó tablas de surf y desde Rosario se exportó un Kayak desmontable. La Rioja exportó aceite de oliva a Estados Unidos. Se exportaron tejidos artesanales de comunidades de la puna jujeña. Manufacturas de titanio. Se exportaron baby calls fisiológicos, muñecos para aprender el sistema braille, monturas, accesorios y bolsos de cuero, calzados, indumentaria, instrumentos médicos y cuerdas de instrumentos profesionales. Se exportaron casi 1 millón de dólares en trucos de magia a Alemania. Lo leo y no lo termino de creer. Imaginen cómo repentinamente tener un ingreso de 1 millón de dólares anuales que antes no existía le cambia la vida a una serie de micro-empresas.

Cito estos ejemplos paradigmáticos para demostrar que las exportaciones potenciales de Argentina no se pueden medir sólo con las planillas del Indec de hoy. Tienen que medirse imaginando que realmente liberamos la capacidad productiva y comercial de decenas de miles de argentinos que saben lo que hacen y que hoy están limitados en su crecimiento.

Algunos economistas podrán decir: 30 millones de dólares de exportaciones no es nada. Pero es lo que exportamos de acero, hierro y aluminio en un mes; más de lo que exportamos de cuero y marroquinería en todo el 2019; lo que se exportó de textiles en el 2020. Y con un programa que recién arrancaba y tenía todo su potencial por delante.

En el mediano plazo el programa podía generar cientos de millones de dólares al año en exportaciones. Eso implica decenas de miles de empleos. Y lo principal: nuevos exportadores que pudieran pegar el salto de convertirse en exportadores regulares.

Por eso Exporta Simple me parece una política pública singular, porque lo que hizo fue realmente construir un puente entre la necesidad silenciosa de miles de empresas argentinas y su capacidad de convertirse en empresas globales. El truco de Exporta Simple fue, paradójicamente, hacer todo lo posible para correrse del medio. Se creó un bypass a la burocracia de todos los organismos y todos los involucrados en el comercio exterior, y eso fue lo que la hizo funcionar.

Los obstáculos y las innovaciones

Llevar adelante Exporta Simple no fue sencillo. Fue el resultado del esfuerzo colectivo de un equipo de trabajo que decidió, desde el primer momento, que no iba a hacer concesiones frente a la idea de que había que simplificar el proceso de exportación al máximo. Que ahí estaba la clave del asunto.

Hubo que sostener la iniciativa frente a la Aduana (que lo llamaba “Exporta Droga”, sin ningún criterio ya que nada más seguro que exportar a través de un courier internacional). Pelear cada coma con la AFIP. Hubo que convencer a las terminales aeroportuarias de invertir en procesos, cintas y scanners especiales para que pasaran los paquetes. Trabajar con los couriers para que adoptaran el programa. Discutir con los despachantes de aduana para que entendieran que en este circuito no debía haber intermediarios. Fue tal el “santuario” que cuando se aumentaron las retenciones a las exportaciones durante la crisis de 2018/2019 Exporta Simple quedó afuera.

Exporta Simple implementó tres innovaciones que fueron clave: la plataforma, la primera exportación gratis y la comunidad de Exporta Simple. Las tres tienen que ver con la idiosincrasia de la iniciativa. Escuchar al usuario para lograr mejoras.

La plataforma: un equipo de Experiencia de Usuario trabajó para entender cómo hacer un proceso lo más intuitivo posible para la experiencia de la empresa pequeña que tiene que enfrentarse a una exportación por primera vez. Es muy difícil tener buenos equipos de sistemas en el Estado y es algo que se tiene que discutir profundamente. Por las formas de contratación del Estado, por la competitividad de la industria del conocimiento en nuestro país (es difícil conseguir y retener talento en esas áreas en el organigrama público). Piénsenlo así: la página de la AFIP se cae todo el tiempo. Y eso que mejoró bastante. Exporta Simple funcionaba como una buena aplicación de calidad global. Y eso es un mérito importantísimo para un sistema creado desde el Estado.

La primera exportación gratis: A los primeros 50 exportadores por el sistema se los llamó uno a uno por teléfono para entender cómo había funcionado la plataforma. Las primeras reacciones tendieron a destacar que el proceso era caro y a manifestar temor ante la falta de experiencia en el uso de la plataforma. En realidad, sabíamos que la primera exportación era la más cara porque todavía no había una relación entre los couriers y los clientes. Cuando las empresas se volvieran usuarias regulares de los couriers conseguirían un descuento significativo. Entonces se decidió hacer un acuerdo con los couriers para que subsidiaran el 75% del primer envío y la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional cubriera el 25% restante. Fue una política pública que costó 4 millones de pesos de presupuesto, es decir, 0,00005% de los gastos totales presupuestados para 2021. Y logró que 500 empresas exportaran gratis por primera vez.

Fuente: captura de pantalla propia de la plataforma Exporta Simple en 2019.

Una comunidad: por burdo que suene, la comunidad de Exporta Simple fue un Grupo de Facebook. Llegó a tener 6.000 usuarios que lo usaban como un foro en donde se proveían consejos mutuamente, donde funcionarios del ministerio respondían dudas y donde los couriers y despachantes de aduana competían para conseguir clientes entre las personas que hacían preguntas. Fue un espacio realmente virtuoso donde la gente lograba las respuestas a sus preguntas y donde se iba cimentando un contrato entre los participantes: acá venimos a animarnos a exportar.

El futuro

Hacia fines del 2019 la idea con Exporta Simple era sumar otros operadores logísticos, incluir a Aerolíneas Argentinas como courier y abrir otros aeropuertos para que se pudiera exportar desde diferentes provincias y no solo desde Ezeiza. Y ese era solo el principio.

Hoy el programa, aunque existe en la web, dejó de ser comunicado. Los comentarios de los usuarios conocidos es que ya no funciona como antes y que ahora también tiene retenciones. Es lógico en un contexto de cepo cambiario y múltiples tipos de cambio.

Este artículo es un mensaje a todos aquellos que creen que las exportaciones argentinas son parte de la solución a nuestros problemas. Exporta Simple existió y fue una política potente de incentivo a las exportaciones de pequeñas empresas. Exporta Simple fue una política pública transformadora, barata y fácil de administrar.

Exporta Simple es una política que todavía está a tiempo de convertirse en una de las famosas y poco sostenidas “políticas de Estado” de Argentina. El camino difícil ya está hecho. Es una oportunidad para decenas de miles de PyMEs argentinas de ampliar su mercado de manera exponencial y generar más empleo en nuestro país. Aún hoy, con el cepo, cientos de empresas podrían usarlo para exportar.

Exporta Simple funcionó. Y puede ser de nuevo la política pública más linda…de Argentina, para el mundo.


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Matías Fernández

Ex Jefe de Asesores del Ministerio de Producción de la Nación Argentina. Especialista en estrategia, comunicación y políticas públicas. Actualmente es socio en una empresa que brinda servicios de estrategia y comunicación

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